¿Estás comiendo veneno sin saberlo? El lado tóxico de tu despensa tiene mucho para decir. Cada año, millones de toneladas de alimentos se pierden por contaminación fúngica. Pero el problema no es solo económico: las micotoxinas, compuestos tóxicos producidos por algunos hongos, pueden estar presentes en tu alacena sin que lo sepas.
Estos contaminantes invisibles fueron relacionados con problemas hepáticos, renales, inmunológicos e incluso cáncer. ¿Dónde suelen aparecer? En productos tan comunes como el pan con moho, el café, el arroz, los frutos secos, especias como el pimentón y el maíz almacenado. Saber cómo y cuándo aparecen estos enemigos invisibles es clave para evitar consumir toxinas sin darnos cuenta.
Qué son las micotoxinas y por qué son peligrosas.
Las micotoxinas son compuestos tóxicos producidos de forma natural por ciertos tipos de hongos, principalmente del género Aspergillus, Penicillium y Fusarium. Estos hongos pueden crecer sobre alimentos de consumo humano y animal, especialmente cuando las condiciones de almacenamiento son inadecuadas, es decir, si hay humedad, calor o mala ventilación.
Estas sustancias no solo afectan la calidad del alimento, sino que pueden representar un riesgo grave para la salud. Son invisibles, inodoras y no siempre modifican el sabor, lo que hace que muchas veces pasen desapercibidas. Algunas de las micotoxinas más conocidas y peligrosas son:
- Aflatoxinas: se encuentran sobre todo en frutos secos, maíz, maní, cereales y leche. Se las considera altamente cancerígenas.
- Ocratoxina A: común en café, cereales y uvas pasas. Está asociada con daño renal.
- Fumonisinas y tricotecenos: aparecen en maíz y trigo, y pueden provocar desde vómitos hasta problemas neurológicos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, a largo plazo, la exposición crónica a micotoxinas puede provocar inmunosupresión, malformaciones congénitas y cáncer hepático. Además, son especialmente peligrosas para niños, embarazadas y personas con el sistema inmune debilitado.
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Moho “bueno” o seguro
Algunos mohos se usan de forma controlada en la elaboración de alimentos. No son tóxicos y, de hecho, pueden aportar sabor y propiedades únicas.
- Penicillium roqueforti y Penicillium camemberti: usados en quesos como roquefort, camembert y brie.
- Mucor y Rhizopus: presentes en algunos fermentos tradicionales asiáticos (como el tempeh, en el caso de Rhizopus).
Moho peligroso o tóxico
Ciertos mohos pueden contaminar alimentos de forma natural y liberar sustancias llamadas micotoxinas, que son potencialmente cancerígenas, inmunosupresoras y dañinas para el hígado.
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Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus: producen aflatoxinas, muy tóxicas y cancerígenas. Pueden encontrarse en cereales, frutos secos, especias y granos mal almacenados.
- Fusarium spp.: produce fumonisinas y tricotecenos, presentes en maíz y trigo contaminado.