Miles de viajeros acuden cada año a esta región para descubrir y disfrutar de sus preciosas playas, sus abruptos acantilados, sus tranquilas ciudades y serenos pueblos, su rica gastronomía y mucho más.

Escoltada por el Océano Atlántico, sus costas son un paraíso terrenal para los amantes de los deportes náuticos y el sol, y en su interior encontraremos pintorescos pueblos que nos harán sentir que nos hemos trasladado a una época pasada gracias a la forma de vida de sus gentes, su interesante arquitectura y su sabrosa cocina tradicional.

Hoy descubrimos el Algarve, una de las perlas más soleadas de Europa.

El Algarve es la región portuguesa más meridional y la más suroeste de la Península Ibérica. Su capital, Faro, se encuentra aproximadamente a unos 280 kilómetros de Lisboa, la capital del país. Los 300 días al año de sol de los que goza, junto a la completa oferta turística disponible, para todos los gustos y bolsillos, la convierten en la región más visitada de Portugal.

Comúnmente el Algarve es dividido en dos regiones, el barlovento y el sotavento. La región de barlovento comprende la parte más occidental, desde el Cabo de San Vicente hasta la Albufeira, que ocupa una zona central en la costa; en cambio el sotavento algarveño es la zona más oriental y cercana a España, y se extiende desde Loulé hasta Vila Real de San Antonio. Nos vamos a servir de esta división para hablar sobre aquellos sitios que podrían serte útiles en tu próximo viaje y así facilitarte la organización del mismo a tu antojo.

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BARLOVENTO

Cabo de San Vicente

Comenzamos nuestra ruta en el extremo más sudoccidental de Portugal, el cual era la primera marca de tierra que veían los navegantes portugueses en su regreso a Lagos tras sus exploraciones por los mares del mundo. Hasta el siglo XIV este conjunto de acantilados de hasta 60 metros era considerado el fin del mundo. El protagonismo del Cabo de San Vicente ha ido decayendo con el paso de los siglos, sin embargo sus imponentes acantilados siguen encontrándose entre los recintos principales que ver en este paraíso.

El Cabo de San Vicente mira directamente al Atlántico y marca el extremo austral de la Costa Vicentina. Sin duda podría ser el punto perfecto para iniciar tu ruta en coche por la línea costera más bella de Portugal.

Sagres

Desde el cabo y siguiendo la línea de costa llegamos en escasos 10 minutos a Sagres. Se trata de una villa tranquila, pero muy popular entre los amantes del surf ya que sus playas son perfectas para la práctica de este deporte. Debido a que muchos de sus habitantes se dedican al mar o la tierra, sus comidas están llenas de alimentos frescos que te harán disfrutar de platos típicos que evocan al mar.

Quizás el mayor referente de Sagres es su fortaleza, acomodada en la punta del cabo y desde la cual se tienen unas privilegiadas vistas del Cabo de San Vicente y sus alrededores. Tanto la fortaleza como la villa se encontraban en una situación precaria cuando fueron entregadas como donación a Enrique el Navegante. Tras ser reconstruida, el complejo adquirió una importancia notable en las expediciones portuguesas, pues aquí se guardaban y reparaban las embarcaciones.

Todavía se conservan algunas de las edificaciones originales del siglo XV, aunque la gran parte del complejo tuvo que ser reconstruido tras los ataques de la armada del corsario británico Sir Francis Drake en 1587 y las gigantescas olas provocadas por un tsunami que desencadenó un terremoto en 1755.

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Ponta da Piedade (Punta de la Piedad)

Los acantilados rocosos, que ocupan gran parte de los 205 km de costa que posee la región del Algarve, crean unos paisajes dramáticos de formas muy llamativas. Ponta da Piedade es uno de los más bellos. Se encuentra al oeste de Lagos y se trata de una línea de acantilados grandiosos de roca arenisca que alcanzan los 20 metros de altura. El efecto de la erosión se deja notar con la aparición de cuevas, pináculos y arcos sobre el agua.

Aunque se puede explorar toda la zona a pie, la mejor manera de disfrutar del precioso paisaje es desde el mar. Para ello, se puede escoger entre kayak, SUP (Stand Up Paddle) o barco. Además, hay que tener en cuenta de que es uno de los mejores sitios del Algarve para contemplar el atardecer por su perfecta orientación en dirección poniente.

Lagos

Continuando nuestra ruta hacia el oriente llegamos a Lagos, que está a solo 10 minutos desde Punta da Piedade. Para aquel viajero que busca un lugar que visitar en la parte occidental del Algarve que combine tanto vida como historia, Lagos es su destino.

Lagos fue la población elegida por el príncipe portugués Enrique ‘El Navegante’ para lanzar las primeras giras en barco durante la llamada “Era de los Descubrimientos” portuguesa. Corría el siglo XV y comenzaba a fraguarse el poderoso imperio luso.

El centro de la ciudad posee un toque medieval con murallas intactas, calles adoquinadas, lindas iglesias con tallas barrocas y fuertes defensivos junto al mar. Se trata de uno de esos lugares que te incitan a viajar en el tiempo al recorrerlos, y recapacitar en cómo habría sido la vida allí en su momento de esplendor.

Si vuestra visita transcurre durante la hora de comer o cenar, Lagos dispone de muchas opciones de restauración. En la Rua 25 de Abril hay restaurantes de todo tipo, si bien la gran parte de ellos trabajan la cocina portuguesa. En nuestra opinión, los restaurantes Don Sebastiao y Sao Gonçalo, con especialidades portuguesas y un sensacional arroz de tamboril de rape con marisco, son muy buenas opciones.

Praia da Rocha (Playa de Roca)

Localizada en la costa de Portimão, es una de las playas más visitadas y bonitas de la región. Está ubicada justo al lado de la desembocadura del Río Arade y de la Marina de Portimão. Es una playa muy popular que ofrece un ambiente emocionante y bullicioso, especialmente durante el verano, con diversas actividades acuáticas que practicar, impresionantes acantilados dorados, intenso ocio nocturno y variedad culinaria.

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Silves

Para proseguir la ruta nos alejamos de la costa y aproximadamente en unos 35 minutos llegamos a Silves, considerada por muchos la ciudad más hermosa del Algarve. Es una población ubicada en una colina que se alza sobre un fértil valle poblado por naranjos, olivos y viñedos.

El primer punto que capta la atención al llegar es su castillo. Construido en el siglo XI sobre los restos de una fortaleza romana, el Castillo de Silves es el legado más asombroso de arquitectura militar islámica de toda la región. Sus murallas son de color rojizo, el color que distinguía a esta antigua capital de la región árabe de Al-Gharb. En aquella época, el nombre de Silves era Xelb.

Descendiendo desde el castillo nos topamos con el mejor ejemplar de arquitectura gótica de la región, la Catedral de Silves (Sé), construida entre 1242 y 1577 donde se encontraba la Gran Mezquita de Xelb. En este entorno rural e histórico, el viajero siente que está en el lugar apropiado para caminar sin rumbo, entrar en sus coquetas tiendas, tomarse un café en sus calles empinadas o disfrutar de un tranquilo paseo por la ribera del río.

Carvoeiro

Volvemos a la costa para no dejarla durante un tiempo. Bajando prácticamente en dirección sur desde Silves llegamos a Carvoeiro, una pintoresca población costera con un casco histórico pequeño y una preciosa playa dorada. Sus calles con fachadas blancas decoradas con flores están prácticamente desérticas y es toda una experiencia el pasear tranquilamente, excepto en verano cuando es muy popular.

Algar Seco

A las afueras del pueblo de Carvoeiro pero aún en el área de la población, encontramos lo que se conoce como Algar Seco. Se trata de un paraje costero con un aspecto lunar único.

Para aquel que prefiera disfrutar de una agradable caminata y llegar andando al Algar Seco desde la playa de Carvoeiro, es perfectamente posible. Desde la playa, una larga escalinata permite el acceso hasta la Ermita de Nossa Senhora de Encarnação, donde en su día una fortificación, de la que sólo queda un arco, se encargaba de vigilar esta costa. Desde aquí un pasadizo de madera, al borde de los acantilados, nos brinda uno de los paseos más maravillosos y panorámicos del Algarve.

El sendero conecta con una escalera que conduce al Algar Seco, al que algunos llaman 'Boneca', por la similitud de su gran piedra con la silueta de una muñeca. Tras más de cien escalones de bajada llegaremos a un laberinto de piedras calcáreas agujereadas por la erosión, donde se esconde una gruta submarina, y en la que la entrada y salida del mar acaba conformando charcos y piscinas naturales.

Desde aquí la perspectiva de la costa es distinta, ya que hemos pasado de un punto elevado respecto al nivel del mar, hasta un espacio donde las olas podrán llegar a alcanzarnos. Los alrededores de Carvoeiro son sin duda un lugar muy especial, ya que provocan sensaciones increíbles a la par que opuestas; unas veces tendrás la impresión de tener la visión de una gaviota desde las alturas y otras de poder zambullirte en el agua azul como si fueras un pez.

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La cueva de Benagil

Aproximadamente a 15 minutos en coche dirección este desde el Algar Seco, llegamos al área donde se encuentra la Cueva de Benagil, que es probablemente el atractivo natural más impactante que ver en toda la región.

Benagil es una pequeña localidad de pescadores situada entre Praia do Carvoeiro y Armação de Pêra. Era un lugar bastante tranquilo hasta que la Cueva de Benagil se hizo famosa debido a las redes sociales. Pese a que hay más de 30 cuevas marinas en los alrededores, ésta en concreto se ha llevado toda la fama.

Se puede acceder a la impresionante Cueva de Benagil de distintas formas. Hay ciertas personas que llegan nadando desde la cercana Playa de Benagil, ya que hay menos de 60 metros hasta la entrada principal, pero por seguridad y precaución, nuestra sugerencia es tomar un barco o un kayak. Desde luego es un emplazamiento mágico, la sensación de libertad y grandeza compensan el esfuerzo con intereses.

Percurso dos Sete Vales Suspensos

Esta zona del Algarve está completamente repleta de recursos de extrema belleza paisajística, y prueba de ello es esta nueva recomendación que os planteamos. Se trata del Percurso dos Sete Vales Suspensos o Ruta de los Siete Valles Colgantes en español.

La ruta completa a pie comienza oficialmente en Vale Centeanes y finaliza en Praia de Marinha, que son cerca de 7 kilómetros a lo largo de la costa. En nuestro artículo nos dirigimos directamente a Praia de Marina, localizada a tan solo 8 minutos en coche de la Cueva de Benagil. De cualquier forma y si tenéis la oportunidad, será una gran decisión realizar la ruta completa, pues es apta para todos los públicos y es preciosa de principio a fin.

Al llegar a Praia de Marinha encontraréis un parking con una zona de picnic y algunos puestos donde podréis comprar bebidas frías, fruta y otros comestibles. Una vez estéis listos, empezaremos nuestro corto recorrido por los alrededores, el cual discurre por numerosas formaciones caprichosas, arcos, cuevas, grutas e incluso calas a las que solo se puede acceder en barco. En ciertos tramos es posible asomarse con más confianza y seguridad al litoral, pero hay otras zonas con protecciones de madera.

En ocasiones el camino parece perderse, pues existen numerosos desvíos que suelen conducir a un punto común. Procurad tener precaución pues, aunque el camino es sencillo, no debemos olvidar que transcurre alrededor de acantilados y otras zonas con una altura más que considerable.

Según avanzamos observaremos cómo la naturaleza nos vuelve a ofrecer un maravilloso espectáculo de formas rocosas curiosas que se combinan con dos grandes arcos que se abren al océano. Parece obvio entender que esta ruta haya sido designada como una de las más recomendables de Europa.

Albufeira

Albufeira es probablemente la ciudad más dinámica y frecuentada de todo el Algarve debido a su ubicación privilegiada en el centro de la región y su amplia oferta de actividades. Esta población ofrece maravillosas playas con banderas azules, un ambiente muy animado y una restauración asentada y diversa.

Su casco antiguo consiste en un conjunto de calles empedradas, callejones sinuosos y plazas tradicionales portuguesas donde predomina el color blanco de sus paredes, que preserva su herencia musulmana, encanto y carácter, los cuales internacionalizaron el nombre de Albufeira hace ya décadas.

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SOTAVENTO

Alte

Desde Albufeira proseguimos nuestro camino hacia el noreste, en este caso alejándonos de la costa. Recordamos que Albufeira era el concejo más oriental del barlovento algarveño, por lo que desde este momento entramos en la zona del sotavento. Tras aproximadamente media hora de conducción llegamos a Alte.

Alte podría ser considerado como uno de los pueblos con más encanto y más tradicionales del Algarve. Se trata de un poblado virgen turísticamente hablando, una gema a descubrir escondida en la Sierra de Caldeirao. Una de sus características más propias es el gran número de casas blancas con preciosas chimeneas de estilo árabe, para muchos, las más bonitas de todo el Algarve.

El entorno natural que rodea a esta pequeña localidad es absolutamente exquisito, así que merece la pena recorrerlo a pie con calma. La sublime Cascata Queda do Vigario está localizada en el límite de la aldea. Es, sin duda, uno de los recursos naturales más interesantes de los alrededores y si hace un buen día, podrás incluso darte un baño.

Otros de los patrimonios indispensables que ver si has llegado hasta Alte son Fonte Grande y Fonte Pequena. En la antigüedad, estas fuentes era donde las mujeres venían a lavar la ropa, pero en la actualidad son un lugar público de recreo y baño. En verano son un punto de reunión muy habitual ya que el agua clara proveniente del río desciende por las fuentes creando una piscina natural donde locales y visitantes se refrescan.

Loulé

En dirección sureste a menos de media hora de Alte llegamos a nuestro próximo destino. Loulé, a 12 kilómetros de la costa, es un destino popular debido al carácter de su centro histórico, su sorprendente mercado municipal y su ambiente local. El mercado es su edificio más reconocido y llamativo por su inspiración árabe, el cual está repleto de puestos que venden artesanías, frutas y verduras, pescado y marisco fresco y otros productos locales, como la famosa salsa picante portuguesa llamada piri-piri.

Además, si vuestra visita cae en un sábado de primavera u otoño, sería muy interesante visitar el mercado gitano de Loulé. Discurre por las estrechas callejuelas que van desde el castillo hasta el mercado municipal, por lo que el entorno lo hace incluso más especial. Cada sábado se toca una temática diferente, tratando el arte urbano y diseño, el reciclaje, arte y antigüedades, tradición, placeres… Lo que significa que aunque lo visites cada sábado la experiencia será distinta.

Una vez hayamos terminado de disfrutar los mercados, podremos perdernos en las bonitas calles comerciales de los alrededores donde, quizás, decidamos comprar uno de los muchos artículos fabricados en corcho, mimbre o cobre. En nuestro paseo también podremos visitar el Castillo de Loulé, que denota la importancia que tuvo el edificio durante su época islámica.

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Designer Outlet Algarve

No nos queremos olvidar de los amantes de las compras y por ello ofrecemos una buenísima opción para aquellos a los que les gusta comprar ropa de calidad a muy buenos precios. Este outlet se encuentra solo a 9 minutos en coche desde Loulé, por lo que si os apetece daros un capricho en este “road trip” es el momento idóneo. Se trata de un complejo comercial al aire libre inspirado en la arquitectura de los pueblos algarveños.

Para el que aún se quede con ganas de más, el Mar Shopping Center está justo al lado, donde además podéis encontrar oferta gastronómica para todos los gustos y presupuestos.

Pousada Palacio de Estoi

Tras escasos 15 minutos al volante llegamos al maravilloso Palacio de Estoi. Esta espléndida representación de estilo neo-barroco y neo-rococó, la cual está considerada la más fina y lujosa de su categoría en el Algarve, incluye dos pabellones de té y unos cuidados jardines de estilo francés decorados con valiosas estatuas y frescos de color azul y blanco.

El palacio fue reconvertido en un lujoso hotel que cuenta con un exclusivo spa, piscinas cubiertas climatizadas y también al aire libre. Su localización es absolutamente única, un paraje bucólico rodeado de zonas verdes y tranquilidad extrema que engrandece más aún si cabe esta obra maestra.

Olhão

El próximo emplazamiento de nuestro itinerario es Olhão. Como habréis percibido hemos obviado Faro, la capital del Algarve y su ciudad más poblada. La razón es que, a pesar de ser el centro neurálgico de la región y donde se encuentran la mayor parte de las instituciones y empresas importantes, desde el punto de vista del viajero no es una ciudad enormemente atractiva, si bien para aquel que decida hacer una parada nos gustaría reseñar que los lugares más destacables son la marina, la zona comercial que rodea el norte de la ciudad antigua, la ciudad antigua y ya en las afueras el Parque Natural de la Ría Formosa, un sitio de gran valor paisajístico y desde una perspectiva de estudio de la fauna y flora.

Retomando nuestra nueva parada, Olhão es un encantador pueblo pesquero caracterizado por sus casas de paredes blancas a excepción de su peculiar mercado de ladrillo rojo y cúpulas verdosas, que está a solo unos pasos del mar. En este mercado local podréis encontrar uno de los pescados más frescos que hayáis comprado en vuestra vida. Es un destino tranquilo en el que relajarse, pasear y dejarse llevar sin mirar el reloj, con maravillosas vistas a las casi desiertas islas “Ilha da Armona”, “Ilha da Culatra”, “Ilha do Farol” y “Ilha Deserta”. Si tenéis la oportunidad de desplazaros a alguna de ellas su nivel de relajación seguro os hipnotizará.

Además, si sois afortunados de visitar Olhão en agosto, es más que recomendable acudir al Festival de Marisco, celebración que dura casi una semana e incluye espectáculos musicales, artesanía y por supuesto exquisito marisco fresco local.

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Tavira

Con cada paso nos acercamos más al final de nuestro viaje, y esta vez ponemos rumbo a un destino único. Se trata de Tavira, a solo 27 minutos en coche.

Ubicada cerca de la costa, Tavira es una de las ciudades más bellas que ver en el Algarve. Descansa en ambas orillas del río Gilão y posee un gran legado arquitectónico e histórico dejado primero por los romanos y posteriormente por los árabes. Si decidimos ahondar un poco más en este bonito pueblo pesquero, descubriremos jardines ocultos y plazas arboladas que lo convierten en un destino muy atractivo.

La Tavira más hermosa se halla a pie de río. Camina por su paseo adoquinado, flanqueado por líneas de coloridas palmeras, admira sus casas bajas de otra época, cruza el puente del siglo XVII asentado sobre cimientos romanos, visita su museo islámico y acércate al mercado de frutas y verduras.

La mayor parte de la oferta de restauración se concentra en ambas orillas del río. Una de las calles principales si buscas un lugar para cenar es la Rua Almirante Cándido dos Reis, donde están, entre muchos otros, el popular “A Bica” o la económica “Churrasqueira O Manel”, donde puedes degustar la comida local.

Cacela Velha

A 11 kilómetros de Tavira llegamos a la penúltima parada de este maravilloso recorrido, Cacela Velha, una de las grandes joyas ocultas del Algarve. Se localiza inmersa en un paraje natural prácticamente inalterado y sobre una colina desde la que se vislumbran unas vistas deslumbrantes de la Ría Formosa y el Océano Atlántico. Es una visita obligada para cualquier viajero que desee conocer un paraje genuinamente virgen. Venir aquí será todo un regalo para vuestros sentidos.

Vila Real de San Antonio

Para culminar este inolvidable itinerario, llegamos a Vila Real de San Antonio, último pueblo antes de cruzar la frontera a España. De hecho, el Río Guadiana sirve como frontera natural para separar ambos países, y desde la costa podemos divisar perfectamente la tierra onubense.

Al igual que el centro de Lisboa, el gran terremoto de 1755 destruyó considerablemente el centro de la ciudad, por lo que el Marqués de Pombal proyectó y ordenó su reconstrucción. Su plaza principal, al igual que sus calles peatonales, están abarrotadas de tiendas, restaurantes y cafés, por lo que si tu ruta continúa en España este puede ser el momento perfecto para realizar tus últimas compras portuguesas.

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¿Qué comer?

No queríamos terminar este artículo sin hablar sobre algunos de los platos más típicos de la región, pues están deliciosos y sería un pecado no probar, al menos, algunos de ellos. La comida del sur de Portugal te encantará.

Cataplana

Es uno de los platos típicos y más tradicionales del Algarve. Se trata de un guiso caldoso a base de verduras, pescado o marisco. En algunos casos es preparado incluso con carne. Se cuece en una olla de cobre de pequeño tamaño conocida como cataplana, de ahí el nombre del plato. Es muy habitual ver la olla en las tiendas de Portimão o Faro, la cual hace las veces de souvenir.

Muxama de atún

Son pedazos de lomo de atún salado que se han dejado secar, con la misma técnica que los fenicios usaban hace 2000 años.

Arroz caldoso con marisco

Este arroz a base de pescado, marisco o pulpo es sin dudas uno de los platos más tradicionales del Algarve. Le suelen añadir un toque de cilantro.

Grelhados

Las carnes y los pescados a la parrilla son otro clásico en la gastronomía de la región. Esta barbacoa es una opción muy común en la mayoría de restaurantes de la región. Entre los pescados a la parrilla destacan los jureles, el salmón, la lubina y las doradas. En cuanto a carne, hay que citar el cerdo y el borrego. No dejes de probar esta delicia culinaria en los rodizios, restaurantes especializados que ofrecen un buffet generoso por un precio fijo.

Cozido à Portuguesa

Es otro de los platos propios de la zona. El cocido a la portuguesa es más usual durante los meses de invierno, debido a su contundencia y aporte energético. Se prepara con varios tipos de carnes, verduras, arroz y judías.

Pan de Rogil

Dentro de los muchos famosos panes que tiene Portugal está el de Rogil, el cual se elabora de manera artesanal desde hace más de medio siglo en esta aldea entre Aljezur y Odexeice. Tanto es así que no hay portugués que pase por aquí y no pare en esta conocida panadería, a la que sus dueños, la familia Claro, han unido un hotel muy especial, el Alcatruz.

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El Algarve lo tiene todo para un viajero como tú: playas espectaculares, aguas turquesas, naturaleza en estado virgen y pueblos tranquilos con un encanto que perdura al paso del tiempo. Todo esto combinado con su excelente gastronomía y la agradable actitud de los portugueses lo convierten en un destino idílico para cualquier época del año.

Tras este gran viaje organizado a nuestra medida y siguiendo nuestro propio tiempo nos preguntaremos, ¿hemos vivido un sueño?